En torno a cada uno de los toreros y novilleros se generan fuentes de empleo. Su cuadrilla (picadores y banderilleros) conformada por cinco (5) personas cuya única actividad es la del toro. La confección de sus trajes de luces, industria en la cual Colombia ocupa un lugar preferente en la América Taurina. Todos los elementos de torear (capotes, muletas, estoques, banderillas, puyas, petos, sillas de montar, trajes de campo) cuya producción es nacional. Es importante, además, el trabajo que estos artistas generan a fotógrafos, ya que el material que estos generan es fundamental en la labor de mercadeo que los apoderados, otro empleado más que depende de un matador, adelantan ante empresas, medios de comunicación y público en general.
Su tarea es conducir repetidamente las embestidas del toro de forma que resulte estéticamente vistosa, medirlo en la suerte de capote, dirigirlo a la pica, colocarle las banderillas, templarlo en la suerte de muleta y finalmente causarle muerte mediante la utilización de una espada llamada estoque de muerte. Antiguamente, al torero se le llamaba toreador y se refería a todo aquel que, a pie o a caballo, entraba a la plaza a lidiar con toros.
El torero tiene varias etapas de formación, obtenida por la práctica. La primera etapa es la de novillero, en la que se lidia novillos debido a su menor tamaño y fuerza, comenzando generalmente en festivales sin caballos, para luego pasar a novilladas con picadores de acuerdo a sus resultados. La segunda etapa es la de matador, donde el torero ha conseguido destreza suficiente para desarrollar con estilo y técnica todos los tercios de la lidia. Cuando un novillero logra, en teoría, los méritos necesarios para alcanzar el grado de matador, realiza una corrida especial denominada alternativa. La alternativa se puede conseguir en cualquier plaza de toros de primera categoría; sin embargo generalmente los matadores realizan una confirmación de su alternativa en plazas de particular tradición.
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